¿Te quedas en mi vida o en mi cama?
En cuanto todo se fundamenta en atractivo corporal y el flechazo inicial, el romance evoluciona hacia lo efímero. Demasiado fugaz. Como los mini hornos del motel, que calientan rápido, aunque dejan de servir al poco tiempo. Iniciar algo solo en la apariencia, resulta como apostarle al aparato del cuarto, enciende sin esperar, aunque se daña más